Jugar con la luz y la sombra en el dibujo es esencial. Un buen lápiz y algo de paciencia pueden hacer magia en el papel.

La luz y la sombra son elementos básicos en el dibujo y en la pintura. Un ejercicio importante y obligado es comenzar a experimentar con ellos a través de los lápices de dibujo. Con un solo color podemos dar tonalidades y formas que nos van ayudar a dominar no sólo los claros y los oscuros, sino también la percepción tanto de las formas como hasta a qué distancia se encuentran cada uno de los objetos o estructuras plasmadas en nuestros dibujos.

Los lápices son uno de mis medios favoritos porque los resultados que obtengo me resultan muy minimalistas y poéticos. Para el trazado inicial suelo usar un lápiz de una dureza muy suave. Las hay de muchas, pero me gusta mucho usar HB, porque permite varias oportunidades para borrar sin tanta presión cuando intento corregir algún detalle. Para el coloreado uso actualmente un 5B, porque es el que tengo a la mano, pero si pudiera conseguir un 6B o mayor, creo que me gustaría más.

Como pueden ver, la intensidad del negro de estos lápices duros no exige demasiada presión; eso sí, hay que detenerse un poco a observar en qué lugares lo aplicaremos, ya que borrar un área tan oscura ya no sería buena idea. Tampoco hay que excederse mucho al momento de borrar, aunque sean líneas suaves, debido a que tantas pasadas de goma contaminan la superficie volviéndola más áspera, lo que provocará que la intensidad del lápiz sea más fuerte o que el coloreado no se vea uniforme.