
El primer cometa que vi fue el Hyakutake de 1995, con ayuda de unos binoculares que tenía Miguel Sotelo, mi vecino. Después en 1996, el gran cometa Hale-Bopp no necesitó de ningún instrumento óptico para poderlo contemplar a simple vista. De ahí otros dos cometas han pasado por el vecindario norte, que yo recuerde el Lulin y Neowise, pero sin éxito alguno de mi parte para poder contemplarlo.
Actualmente contamos con diferentes equipos para poder capturarlo en fotografía, con las condiciones adecuadas. Desafortunadamente el cometa Neowise pasó por estos rumbos durante una temporada bastante difícil y por muy corto tiempo. Los días en los que se pudo haber visto estuvieron completamente nublados.
La cosa cambió cuando apareció el cometa Leonard. Aunque fueron varios días de búsqueda, desde diferentes puntos que según yo, podría capturarlo mejor (en la sierra por ejemplo), al final mi mejor toma la logré desde el centro del pueblo, cuando ya estaba bien arriba y a punto de desaparecer.

En febrero este año, el C/2022 E3 (ZTF) apareció en los cielos de febrero, primero por la mañana y después por la noche. Este cometa fue mucho más escurridizo que Leonard. Pero permaneció por varios días con muy buen tiempo para ubicarlo y hacerle una mejor toma.

Una segunda toma más mejorada se logró desde una parte alta de la ciudad, aunque la contaminación lumínica era considerable. el problema mayor fue ubicarlo, con la ayuda de mi amigo Hernán Escamilla pudimos localizarlo a tiempo.

A finales de agosto y de septiembre, el cometa Nishimura arribará al vecindario. Se pronostica que en cierto momento será visible sin ayuda de instrumentos. Actualizaré esta entrada esperando una nueva oportunidad para admirarlo y guardar un recuerdo.